Según un estudio realizado en 367 artículos de nutrición, nueve de cada
diez productos alimenticios destinados específicamente a los niños
tienen un contenido nutricional malo, debido a los altos niveles de
azúcar, grasa o sodio. Las conclusiones de esta investigación aparecen
publicadas en el número de julio de la revista
Obesity Reviews.

En algo menos del 70% de los productos estudiados, de los cuales se han
excluido específicamente los dulces, los refrescos y los productos de
panadería, una gran parte de las calorías procedía del azúcar.
Aproximadamente uno de cada cinco (23%) tenían altos niveles de grasa y
el 17% tenían altos niveles de sodio. A pesar de esto, el 62% de los
productos con una mala calidad nutricional (MCN) mostraba declaraciones
positivas sobre su valor nutricional en la parte delantera del envase.
Charlene Elliott, profesor de la Universidad de Calgary (Canadá), y
miembro del Consejo Canadiense de Alimentación y Nutrición explica cuál
es uno de los problemas: “Los alimentos para niños se encuentran hoy en
día en prácticamente todas las secciones de un supermercado y existen
para cualquier tipo de edad y experiencia con la comida”.
“Los padres quizás se pregunten si los alimentos envasados son buenos
para sus hijos. Sin embargo, algunas declaraciones nutricionales pueden
aumentar la confusión, ya que pueden inducir a engaño a las personas y
pensar que el producto completo es nutritivo”, señala Elliott.
Sólo el 11% de los productos que evaluó el profesor Elliott y sus
colaboradores tenían un valor nutricional bueno de acuerdo con los
criterios establecidos por el Centro de la Ciencia al Servicio del
Público (CSPI) de los EE UU, una agencia sin ánimo de lucro que en 2007
recibió el máximo reconocimiento de la Administración de Alimentos y
Medicamentos de los EE UU.
Según los estándares nutricionales del CSPI, en la comida saludable
no más del 35% de sus calorías debería proceder de la grasa (excluidos
los frutos secos, semillas y mantequilla de nueces) y no debería tener
más del 35% de azúcar añadido en peso. Estas directrices también ofrecen
una orientación sobre los niveles de sodio, los cuales deben oscilar
entre 230 mg por porción para los aperitivos hasta los 770 mg por
porción para las comidas precocinadas.
Los estándares del CSPI son
una adaptación de los desarrollados por la Alianza para la Nutrición y
la Actividad, una coalición de unas 300 organizaciones sanitarias y
nutricionales de los EE UU. La organización señala que sus estándares
permiten la comercialización de productos que nutricionalmente no serían
los ideales, pero que proporcionan algunos beneficios que podrían
ayudar a los niños a cumplir las directrices dietéticas del gobierno.
Los
367 productos incluidos en el estudio se compraron en una cadena
nacional de supermercados con unas existencias de 50.000 productos
alimenticios y no alimenticios en diciembre de 2005. Cada producto se
sometió a un análisis de 36 puntos que incluía el contenido nutricional y
cómo estaba diseñado el envase para atraer la atención de niños y
padres.
“Hemos incluido productos alimenticios y envases que se
presentaban de tal manera que estaban claramente dirigidos a los niños”
explica Elliott. “Se incluyeron productos que promocionaban diversión y
juegos, con una imagen de dibujos animados en la parte frontal de la
caja o que estaba relacionada con películas infantiles, programas y
publicidad de TV”.
Principales resultados
El 63% de todos los
productos analizados hacían algún tipo de declaración nutricional, donde
el 62% de los productos podían clasificarse como nutricionalmente
malos, debido a los altos niveles de azúcar o grasa o sodio. Los
productos con altos niveles de azúcar representaban el 70% de los
productos con MCN.
A pesar de esto, el 68% incluía algún tipo de
declaración nutricional en el envase, como el ser fuente de cereales
integrales, fuente de hierro o bajos en grasa. Los aperitivos a base de
cereales y frutas hacían más declaraciones nutricionales y eran los que
tenían niveles altos de azúcar.
Un poco menos del 23% de los
productos tenían MCN debido a su alto contenido en grasas. Sin embargo,
el 37% tenían algún tipo de declaración nutricional en el envase. El 17%
de los productos analizados fueron clasificados de MCN debido a los
altos niveles de sodio. A pesar de esto, casi el 34% mostraba algún tipo
de declaración nutricional en el envase.
“Evaluar los niveles de
azúcar en los productos alimenticios seleccionados fue un reto
metodológico porque los azúcares de la leche y los azúcares de la fruta
se encuentran de forma natural en los alimentos”, apunta el
investigador. “La etiqueta de los datos nutricionales sólo muestra el
total de azúcares y el fabricante no siempre indica la cantidad de
azúcares añadidos”.
Otros grupos de investigadores se han
enfrentado también al problema de separar con exactitud las cantidades
de azúcares naturales y añadidos en los productos manufacturados. “A
pesar de esto, los resultados obtenidos son motivo de preocupación. Los
padres compran productos con la esperanza de que les guste a sus hijos,
lo que tiene como resultado una dieta menos nutritiva de lo que creen.
Llevar una dieta sana es especialmente importante dadas las cifras
actuales de obesidad infantil”, subraya Elliott.
El exceso de
peso corporal afecta hasta un 35% de los niños de Canadá, EE UU y Europa
y está asociado a diversos problemas de salud, entre ellos diabetes
tipo 2, hipertensión, cardiopatía y algunos tipos de cáncer. Los niños
con sobrepeso también pueden sufrir consecuencias psicológicas y
sociales debido a su peso